
Reduce las hospitalizaciones prolongadas.

Disminuye la exposición a infecciones nosocomiales por estadías prolongadas en el hospital.

El paciente se recupera y se rehabilita en el hogar.

Recibe visitas de profesionales de salud.

La familia o cuidador participa en el proceso de tratamiento y la recuperación.

Más privacidad en su propio hogar y con su familia.

Disfruta de comida casera de acuerdo a las recomendaciones del nutricionista.
